La teoría del desarrollo humano supone tres tareas:
1. Describir los cambios en una o más áreas de conducta o de actividad psicológica.
2. Describir los cambios en relación con las otras áreas de conducta o actividad psicológica.
Explicar el curso del desarrollo que se ha descrito.
3. La solución que se puede plantear para cada una de estas tareas pueden producir un resultado final, es decir, una teoría.
Como teóricos del Desarrollo Humano tenemos a: Freud, Klein, Erickson y Piaget.
Sigmun Feud y su teoría psicosexual. Freud el pensaba que los primeros años de vida son decisivos en la
formación de la personalidad, a medida que los niños desarrollan conflictos
entre sus impulsos biológicos innatos relacionados con la sexualidad y las
restricciones de la sociedad. Según Freud, estos conflictos se presentan en
etapas invariables del desarrollo psicosexual.
Según la Teoría Psicosexual, tres son los componentes de la
personalidad:
Ello:
Se considera como la fuente de motivos y deseos; mediante él se satisface el principio del placer.
Se considera como la fuente de motivos y deseos; mediante él se satisface el principio del placer.
Yo:
Representa la razón o el sentido común. Se rige por el principio de la realidad, mediante el cual se puede equilibrar la personalidad.
Representa la razón o el sentido común. Se rige por el principio de la realidad, mediante el cual se puede equilibrar la personalidad.
Súper yo:
Incluye la conciencia e incorpora sistemas de valores y deberes aprobados por la sociedad.
Incluye la conciencia e incorpora sistemas de valores y deberes aprobados por la sociedad.
El psicoanálisis freudiano distingue cinco etapas del desarrollo humano:
Etapa oral (del nacimiento a los 12 ó 18 meses) Donde la principal fuente de placer del bebé se orienta hacia las actividades de la boca, como chupar y comer.
Etapa oral (del nacimiento a los 12 ó 18 meses) Donde la principal fuente de placer del bebé se orienta hacia las actividades de la boca, como chupar y comer.
Etapa anal (de los 12 ó 18 meses a los 3 años) La retención y expulsión
de sus heces produce placer en el niño. La zona de gratificación es la región
anal.
Etapa fálica (de los 3 a los 6 años) Época del "romance
familiar", el complejo de Edipo en los niños y el de Electra en las niñas.
La zona de gratificación se desplaza hacia la región genital.
Etapa de latencia (de los 6 años a la pubertad) Etapa de transición
hacia otras más difíciles. Los jóvenes comienzan a adoptar los roles de género
y desarrollan el superego. Pueden socializarse, desarrollan habilidades y
aprenden acerca de ellos mismos y de la sociedad.
Etapa genital (adolescencia y edad adulta) Los cambios fisiológicos de
la pubertad realimentan la líbido, energía que estimula la sexualidad.
Relaciones heterosexuales y exogámicas. Es la última etapa, antes de entrar a la
edad adulta.
Melanie Klein. Desde
la perspectiva psicoanalítica de Melanie Klein, el desarrollo personal se
concibe como enriquecimiento de la personalidad que se refiere a la superación
de etapas tempranas de la niñez (que pueden volver a surgir en la vida adulta),
la superación de los conflictos que estas etapas conllevan, como la ansiedad,
culpa, envidia y logro de la gratitud, alcanzar el equilibrio con el mundo
psíquico interno y el mundo externo, y desarrollar la capacidad de disfrutar de
las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor con los otros.
De estos
estadios tempranos, dos son los que mayor importancia tienen en la vida según
Klein. El primero es la posición esquizo-paranoide que se desarrolla durante
los primeros 3 a 4 meses de vida. Según Klein los seres humanos poseemos dos
instintos básicos, el de vida o amor y el de muerte u odio, debido a la lucha
que se produce entre estos dos instintos y el sentimiento de ansiedad
persecutoria que se produce en el niño, producto del miedo de que este impulso
agresivo le cause daño, el niño lleva a cabo procesos de escisión, en que el
odio y la ansiedad se proyectan hacia el primer objeto de relación que posee,
que es el pecho de la madre, que pasaría a ser el pecho malo, y los
sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador bueno (Klein, M. 1988).
Luego de esta proyección, el pecho bueno y el malo son introyectados en la
psiquis del niño, por lo que el yo está muy poco integrado, pues posee
contenidos separados. Esta proyección y posterior introyección colaboran a que
la ansiedad persecutoria vaya disminuyendo, pues el niño se siente más seguro
con un pecho bueno que lo ampare, pero a la vez tiene un pecho malo, que lo
persigue y persiste el miedo a la aniquilación del yo. De esta intereacción
entre los 4 - 6 meses se van integrando los impulsos, y la madre ya no es vista
en forma escindida, sino que se incorpora como un objeto total, pasándose a la
posición que Klein denomina depresiva, en la que debido a esta integración del
objeto y el yo se experimenta culpa, pues el niño siente que el objeto amado ha
sido dañado por sus propios impulsos agresivos; y por lo cual trata de reparar
el objeto dañado. "El sentimiento de que el daño hecho al objeto amado
tiene por causa los impulsos agresivos del sujeto, es para mí la esencia de la
culpa. El impulso a anular o reparar este daño proviene de sentir que el sujeto
mismo lo ha causado, o sea, de la culpa. Por consiguiente, la tendencia
reparatoria puede ser considerada como consecuencia del sentimiento de
culpa". (Klein, 1988. 45pp).
En relación
con la posición depresiva, según Klein, se establece el complejo de Edipo
alrededor de los 2 años. La angustia y la culpa incrementarían la necesidad de
la externalizar (proyectar) figuras malas y de internalizar (introyectar)
figuras buenas; de lograr los deseos, el amor, los sentimientos de culpa y
tendencias reparatorias a ciertos objetos y el odio y la angustia a otros, de
encontrar en el mundo exterior representantes de las figuras internas, hechos
que ocurren en el complejo edípico. (Klein, 1971).
Luego del
complejo de Edipo y la etapa de latencia, este interjuego de progresión, que
está influido por la ansiedad, llega a dominar las tendencias genitales (Klein,
1988). A consecuencia de ello la capacidad para reparar aumenta y se alcanzan
las sublimaciones genitales que en el caso de la mujer son la fertilidad, el
poder de dar vida y por lo tanto recrear objeto perdidos y en el hombre el
elemento de dar vida se haya vinculado con la fantasía de fertilizar a la madre
dañada o destruida y así restaurarla.
Según Klein
el niño siente envidia del pecho, pues, aunque éste lo satisfaga, contiene todo
lo que él desea y que le es negado, dejándose todo lo bueno para sí. Debido a
esto el niño desea dañar el pecho materno y recobrar lo que es suyo. Si la
envidia del pecho es muy fuerte el niño no podrá obtener gratificación, en
cambio, si ésta es superada (lo que está dado en gran parte por factores
constitucionales) el niño podrá obtener gratificación y experimentará gratitud,
lo que es esencial para apreciar bondad en otros y en uno mismo y hace posible
el sentimiento de unidad con otra persona, hecho esencial en toda amistad o
relación amorosa feliz.
El
desarrollo personal estaría estrechamente vinculado con la gratitud, pues ésta
permite desarrollar la generosidad que según Klein es la base para el
enriquecimiento personal "la riqueza interna deriva de hacer asimilado el
objeto bueno, de modo que el individuo se hace capaz de compartir sus dones con
otros. Así es posible introyectar un mundo externo más propicio y como consecuencia
se crea una sensación de enriquecimiento". (Klein, 1988. 194 pp). Sin esta
gratitud el sentimiento de envidia, o sea haber dañado el objeto amado,
destruye la confianza del individuo y la sinceridad de las relaciones y su
propia capacidad de amor y ser bondadoso.
Noción de
sujeto propuesta por el modelo
Según la
perspectiva de Klein el individuo es un ser que está constantemente en
conflicto, pues debe a lo largo de toda su vida superar ciertos impulsos o
sentimientos que son nocivos para su desarrollo, para así alcanzar la felicidad
y equilibrio entre el mundo intrapsíquico y el mundo externo.
Creo que la
noción de Klein, sobre el individuo es bastante negativa, ya que considera que
éste, incluso, en situaciones de ayuda social, está motivado por impulsos como
la culpa..."Todas las formas de ayuda social se benefician con ese anhelo.
En los casos extremos, los sentimientos de culpa impulsan a la gente hacia el
total sacrificio de sí misma por una causa o por sus semejantes, y pueden
conducir al fanatismo" (Klein, 1988. 263 pp). De modo que niega que
ciertas conductas de ayuda sean desinteresadas y que se relacionan por un gusto
personal o autorealización.
A pesar de
esta noción negativa, también atribuye características positivas al ser humano
que le son innatas, como la capacidad de amar, que es por la cual el individuo
debe luchar para que otros impulsos como lo es la envidia no interfieran con su
desarrollo y así logre la felicidad.
Los factores
que dan cuenta del cambio del desarrollo personal son la madurez emocional, o
sea, que los sentimientos de pérdida o de algunas frustraciones pueden ser
contrarrestados por sustitutos y el poder disfrutar del trabajo y los placeres
que están a nuestro alcance, teniendo muchas posibilidades e intereses con los
cuales hacerlo, lo que deviene del logro de experimentar la gratitud.
La fortaleza
del carácter es otro factor que da cuenta del cambio y se refiere a la
capacidad del yo de desarrollar todas sus potencialidades. Esta fortaleza se
logra cuando el niño (y también el adulto en sus otras relaciones) logra
internalizar los aspectos buenos de la madre, de modo que dominen a los
frustrantes, haciendo que ésta sea experimentda como una madre que guía, pero
no domina, o sea que ama, lo que hace posible la paz interior, haciendo
exitosas las relaciones primero con la madre y luego con las posteriores en la
familia y otras en la vida adulta.
La fuerza
del carácter se manifiesta también en la comprensión, compasión, simpatía y
tolerancia a los demás, o sea, en todos aquellos factores que nos hacen
entablar relaciones estables y gratificantes con los demás.
Otra
manifestación es la equilibrada adaptación al mundo externo, de modo que no
interfiera con la libertad de las emociones y pensamientos, lo que implica el
poder tolerar emociones y pensamientos, o sea, poder tolerar emociones
dolorosas y poder manejarlas, sin reprimir los conflictos, sino que
enfrentándolos, para poder así disfrutar de las otras cosas como el trabajo,
descanso y la relación con otras personas. (Klein, 1988).
A medida que el niño crece comienza a
darse cuenta de que la conducta en desarrollo es la suya
propia. Entre los 18 meses y los 3 años, aproximadamente, quiere explorar el
mundo y realizar nuevas proezas, incrementando su autonomía.
En estas edades se espera que el niño
camine y comience a explorar su mundo. Muchas cosas llaman su atención y le
invitan a tocar, conocer y buscar. Pero esta tarea no resulta tan sencilla, los
padres y adultos que rodean al niño por lo general procuran evitarle peligros y
le prohíben cosa; limitan y castigan lo que intentan hacer. La tendencia hacia
el juego solitario o egocéntrico, el uso frecuente de la palabra mío,
las dificultades que presenta el control de esfínteres a esta edad,
pueden ser claros ejemplos de esa constante lucha por la autonomía.
IV-LABORIOSIDAD VERSUS INFERIORIDAD (6-12 años)
Entre los 6 y los 12 años, el individuo
toma conciencia de la necesidad de destacarse, de hallar un lugar entre las
personas de su misma edad; por lo tanto dirige sus energías hacia
los problemas sociales que pueden dominar con éxito. El ritmo de
maduración física es más lento, como si fuera necesario consolidar lo
que ya se ha adquirido. El desarrollo psicológico refleja una pauta similar.
Este es el periodo de latencia en el cual se invierte la energía
libidinosa en desarrollar cualidades corporales, musculares y perspectivas, así
como un creciente conocimiento del mundo que cada vez cobra mayor
importancia.
V-IDENTIDAD VERSUS DIFUSIÓN DE ROLES (12-20 años)
VI-INTIMIDAD VERSUS AISLAMIENTO (20-35 años)
VII-GENERATIVIDAD VERSUS PARALIZACIÓN (35-60 años)
VIII-LA INTEGRIDAD DEL EGO VERSUS LA DESESPERACIÓN (60 años en adelante)
Erik Erikson. Su teoría explica todo
el ciclo vital del desarrollo humano.
La vida tiene 8 etapas según la teoría de Erikson. Estas
etapas son presentadas como un ciclo que tiene una evolución de acuerdo a la
edad de la persona, y va de acuerdo a su maduración. Las primeras 4 etapas
constituyen la base del sentimiento de identidad del niño que posteriormente se
combinará con un sentimiento de estar "muy bien; de ser él mismo y de
llegar a ser lo que otras personas esperen que llegue a ser".
I-CONFIANZA BÁSICA VERSUS DESCONFIANZA (8-18 Meses):
Constituye
la primera fase entre el nacimiento y los 18 meses aproximadamente. En ella se
fundamenta todo el desarrollo posterior. La palabra confianza tiene varios
sinónimos, familiaridad, seguridad, certidumbre, aplomo, entusiasmo protección.
La
primera demostración de confianza social en el recién nacido la
constituye la facilidad con la que se alimenta, la profundidad del sueño, la
relajación de sus intestinos. Ese rudimento sentimiento de confianza en el
recién nacido exige una sensación de comodidad física y una
experiencia mínima del temor o la incertidumbre que producirá confianza
hacia nuevas experiencias.
Las
madres crean un sentimiento de confianza en sus niños mediante la
combinación de sus propias cualidades con el cuidado sensitivo de las
necesidades individuales del recién nacido, imprimiéndole un sentimiento firme
de auto confianza personal dentro del marco de sus estilo
de vidacultural, esto configura la base para un sentido de identidad.
Para
Erikson (1963), los padres no solo deben tener ciertas normas para
guiar mediante la prohibición y el permiso, sino que también debe estar
en capacidad de inculcarle al niño una convicción profunda y casi somática de
que existe un sentido en lo que están haciendo. Un niño a esta edades no
puede elegir que es lo mejor y por ello requiere la guía de sus padres, quienes
dirán no cuando sea necesario. En este sentido, es necesario destacar que
la calidad de la atención materna dependerá del apoyo que
la madre o sustituto reciba de otros adultos en casa, de la existencia o no de
un grupo familiar que ofrezca protección a esa madre,
de sociedades que sostengan la estructura e importancia
de la familia y finalmente de las tradiciones que confieran
continuidad cultural a los sistemas de cuidado y educación.
Se
logra un equilibrio, el niño desarrollara la virtud de la esperanza como
una fuerte creencia que le dice que siempre habrá una solución al final del
camino. Entonces habrá superado equilibradamente la primera etapa, esta
habilidad será utilizada en el futuro ante situaciones de desilusión amorosa,
en lo profesional y en muchos otros ámbitos de la vida.
II-AUTONOMÍA
VERSUS VERGÜENZA Y DUDA (18
mese a 3 años)
A medida que el niño crece comienza a
darse cuenta de que la conducta en desarrollo es la suya
propia. Entre los 18 meses y los 3 años, aproximadamente, quiere explorar el
mundo y realizar nuevas proezas, incrementando su autonomía.
En estas edades se espera que el niño
camine y comience a explorar su mundo. Muchas cosas llaman su atención y le
invitan a tocar, conocer y buscar. Pero esta tarea no resulta tan sencilla, los
padres y adultos que rodean al niño por lo general procuran evitarle peligros y
le prohíben cosa; limitan y castigan lo que intentan hacer. La tendencia hacia
el juego solitario o egocéntrico, el uso frecuente de la palabra mío,
las dificultades que presenta el control de esfínteres a esta edad,
pueden ser claros ejemplos de esa constante lucha por la autonomía.
En esta edad el niño intenta tomar posesión de las cosas
con el fin de probarlas mediante una repetición hecha con un propósito
determinado. Las experiencias de autonomía y libre elección han de ser guiadas
gradual y correctamente. La firmeza del adulto debe proteger al niño de la
anarquía de su sentido de discriminación hasta ahora poco ejercitado,
de su capacidad para retener y soltar discrecionalmente.
Erikson señala que todas las pautas de crianza provocan
cierto sentimiento de duda y vergüenza; lo que varia de una cultura a
otra es a cuales conductas se le fijan valores positivos o negativos.
Es interesante señalar que las pautas de restrinsiones, las frustraciones y los
" NO" , si bien son de gran utilidad, necesitan ser usados de
manera equilibrada.
Es muy importante encontrar un enlace que permita al niño desarrollar
el autocontrol, así como la certeza de que él es capaz (fundamento de la
autoestima). Otro ejercicio importante a esta edad es lograr al regulación de
las funciones eliminatorias (Orina, heces) dejando de usar pañales.
En esta ejercitación permanente participan los padres y la cultura dejando muy
claro lo que se espera del niño. La maduración anal muscular inicia la
experimentación de dos aspectos simultáneos de las modalidades sociales retener
y soltar.
En ambas posibilidades retener o soltar, los conflictos básicos
pueden desembocar al final en expectativas y actitudes benignas u
hostiles. La vergüenza es una emoción poco estudiada por que en nuestra
civilización se ve tempranamente absorbida por la culpa. La vergüenza según Erikson,
supone que uno se encuentra totalmente expuesto y consiente de ser mirado, es
decir, uno es visible y no esta listo (vestido a media) para ser visible, por
ello el autor la asemeja a la rabia dirigida contra uno mismo.
La duda juega un papel importante en la toma de conciencia de
tener una parte delantera y una trasera, especialmente un trasero. Un poco de
vergüenza y duda no solo es inevitable, sino incluso bueno, sin ella
desarrollaríamos lo que Erikson llamo Impulsividad, referida a desbocarse sin
considerar los límites o consecuencias que puedan venir de
esa acción. Pero demasiada vergüenza y duda provocan la denominada
impulsividad, referida al sentimiento de que todo su ser esta envuelto en las
tareas que realiza y por ellos deben ser sujetadas de manera correcta.
Si se logra un equilibrio apropiado de desarrolla la virtud
de la voluntad o determinación, sentimiento que le hace repetirse a si mismo,
puedo hacerlo y que resultara de gran utilidad para la vida futura si se
mantiene de forma equilibrada.
III-INICIATIVA VERSUS CULPA (3-6
años)
El niño entre los 4 y los 6 años (etapa preescolar),
avanza rápidamente hacia nuevas conquistas en esperas sociales y espaciales. El
se encuentra en este momento lleno de energía y de ganas de hacer, colocando en
esta acción todo su ser., imaginación e interés. Pone a prueba sus
poderes, sus conocimientos y sus cualidades potenciales, inicia nuevas formas
de conducta cuyos límites trascienden los de su persona y en algunas
oportunidades producen resultados inesperados y desagradables,
generando culpabilidad. Esta polaridad de la iniciativa en oposición a
la pasividad o la culpa por haber ido demasiado lejos, constituye el tema
fundamental de esta etapa. Es así como el individuo se enfrenta a
un crisis universal descrita por Erikson como al necesidad del niño
de alejarse de un apago exclusivo con sus padres y entrar en el
lento proceso de llegar a ser un padre portador de tradición.
Esta fase del desarrollo se caracteriza, de acuerdo con
la teoría psicoanalítica, por las complicaciones edípicas. Para
Erikson cuando el niño descubre que él es importante en el contexto de un grupo
familiar y puede expresar un efecto intencional, es cuando se manifiestan estos
movimientos libidinosos dirigidos hacia el sexo opuesto.
El juego constituye durante esta etapa el más indispensable y
natural agente auto terapéutico debido a que permite al Yo elaborar situaciones
no resueltas a través de la fantasía. Visto de esta manera, el juego representa
la situación más adecuada para estudiar al niño. El juego se vincula con la
experiencia de la vida que el niño intenta repetir, dominar o negar con el fin
de organizar su mundo interior con relación al exterior. Jugar se convierte en
un medio para razonar, compensar los sufrimientos por el Yo en cuanto
a tiempo, espacio y realidad, preservando un cierto sentido de realidad por
que tanto él como los demás, saben que se trata de un juego.
Demasiada iniciativa y poca culpa significan una
tendencia mal adaptativa, que Erikson llamo crueldad en la que la persona
toma la iniciativa, tiene su plan en el terreno escolar, profesional,
del amor y hasta político o profesional, sin tomar en cuenta a
quien necesita apacar o pisar para lograrlo. Los sentimientos de culpa son para
los débiles, la forma extrema de crueldad es la sociopatia.
Cuando la culpa es exagerada, Erikson la llama inhibición y
se expresa en las personas que temen probar o intentar nuevas experiencias para
no sentirse culpables. Erikson establece una relación entre el grado de
iniciativa individual estimulada o permitida y el sistema económico
de la comunidad.
IV-LABORIOSIDAD VERSUS INFERIORIDAD (6-12 años)
Entre los 6 y los 12 años, el individuo
toma conciencia de la necesidad de destacarse, de hallar un lugar entre las
personas de su misma edad; por lo tanto dirige sus energías hacia
los problemas sociales que pueden dominar con éxito. El ritmo de
maduración física es más lento, como si fuera necesario consolidar lo
que ya se ha adquirido. El desarrollo psicológico refleja una pauta similar.
Este es el periodo de latencia en el cual se invierte la energía
libidinosa en desarrollar cualidades corporales, musculares y perspectivas, así
como un creciente conocimiento del mundo que cada vez cobra mayor
importancia.
El niño evita constantemente el fracaso a
cualquier precio es por ello tan importante aprender lo que es el
sentimiento de éxito, destacarse en cualquiera de sus
hábitos, deportes rendimiento académico, artes
escénicas manuales. Es a esta edad cuando aprendemos a ganar
reconocimiento produciendo cosas demostrando nuestra habilidad para dedicarnos
a tareas y actividades determinadas.
Desde la perspectiva de los adultos (padres, familiares o
maestros) este periodo de la vida trae consigo grandes retos.
Por ello es sumamente importante revisar la cantidad de veces
que limitamos la participación de los niños en actividades
de investigación, búsqueda y reconstrucción de los conocimientos en el
aula. Por otra parte, las relaciones con los progenitores así como con los
demás adultos comienzan a establecer sobre una base más igualitaria. El peligro
durante este estadio reside en un sentimiento de inadecuación e inferioridad.
En contraste una actitud demasiado laboriosa
puede conducir a la tendencia maladaptiva de virtuosidad dirigida
presente en niños genios, atletas, actores y músicos. El lado opuesto posible
es la inercia presente en algunas personas que al encontrar una fuerte
frustración en un área, por ejemplo los deportes nunca más vuelven a intentar
incursionar en ella. Lo ideal seria llegar a un equilibrio entre la
laboriosidad e inferioridad. Que cada quien se sienta capaz de emprender
cosas pero conservando ciertos grados de humildad; de ser así se habrá
alcanzado al virtud llamada competencia.
V-IDENTIDAD VERSUS DIFUSIÓN DE ROLES (12-20 años)
Todas las etapas descritas por Erikson resultan interesantes
para el futuro educador, pero esta es quizás, la que abre la puerta hacia la
comprensión de la vivencia cotidiana en dos vertientes posibles, una dirigida
hacia adentro, ¿Cómo soy? Y otra hacia afuera ¿Cómo serán mis alumnos? La
quinta etapa comienza en la pubertad y finaliza con
la adolescencia entre los 250-25 años.
Esta fase fue la que más intereso a Erikson, quien tomo como
base su experiencia personal además de la observación de jóvenes y comunidades
indígenas en los Estados Unidos, para elaborar su teoría
del estado relacionado con la adolescencia. Con
la juventud se inicia la adquisición de un sentido de identidad.
Erikson señala que los conflictos del adolescente se enmarcan
en la sociedad y cultura donde se desenvuelve. Identidad por tanto
significa saber quienes somos y como encajamos en el resto de la
sociedad. El desarrollo exitoso de la identidad requiere que tomemos todo
cuanto hemos aprendido acerca de la vida y de nosotros mismos y lo moldeemos en
un auto imagen unificada que además sea significativa para la
comunidad. La experimentación sin consecuencias facilita el desarrollo de
un concepto personal de lo que importa en la vida, eso es lo que se
define en este estadio como identidad.
Áreas de Conflicto:
Hay algunas áreas en las que los jóvenes deben resolver
conflictos para el logro de su identidad.
Esas áreas son:
Tiempo: Puede ser
percibido de diferentes maneras:
· Flexible: muy despacio
cuando hace algo que no te agrada o muy rápido cuando disfrutas.
· Como requerimiento inmediatista: debo
lograr esto ya.
· Con apatía e inmovilidad
desesperanza: puedo pasar largas horas frente a la TV.
Apariencia: el
adolescente puede exhibir un aire de banalidad total dedicándose caso
exclusivamente a su imagen.
Roles: pueden ser
experimentados en contraste con las imágenes que tienen de si mismo y
del impacto que esto causa en los demás.
Identidad Ocupacional: la
persistencia y la integración son esenciales para trazarse planes a
largo plazo.
Sexualidad: el
adolescente necesita resolver sus conflictos bisexuales y con el tiempo
identificarse con su propio rol sexual.
Vinculación con la Autoridad: la capacidad para dirigir o acatar normas por
parte del adolescente esta estrechamente vinculada con el dominio de
fases anteriores.
Ideología y Religión: el
adolescente debe seleccionar una filosofía básica,
una fuerza en quien creer y una religión que le proporcione una
confianza fundamental en su vida.
Adolescencia y Lenguaje: el lenguaje cumple diversas funciones progresivas
en el adolescente. En un primer momento, refleja la voz del pensamiento en
esa interminable conversación con sus coetáneos. Por sus parte la falta
de identidad puede atribuirse en lo que Erikson repudio. Estas personas se
rehúsan a ser miembros formales del mundo adulto e incluso rechazan su
necesidad de una identidad.
El peligro de este estadio es la difusión de roles. Cuando
los cimientos de estadios anteriores no han sido consolidados se corre
el riesgo de que los adultos asignen al individuo una identidad que
era solo un aspecto de su comportamiento. Si logramos negociar
con éxito esta etapa obtendremos la virtud de la felicidad que implica lealtad
o habilidad para vivir de acuerdo con los estándares de la sociedad a pesar de
sus imperfecciones, fallas o inconsistencia.
VI-INTIMIDAD VERSUS AISLAMIENTO (20-35 años)
Una vez superadas las crisis de identidad de la adolescencia
el ser humano esta listo para participar de manera plena en la comunidad gozando
de la vida, libertad y responsabilidad adulta. Es decir el
joven debe ser capaz de estar cerca de otros sabiendo quien es y sin miedo a
perderse en esa relación. Para ellos necesita dar un poco de sí auto
abandonarse en las manos del otro, ceder un poco en sus preocupaciones y metas
personales su trabajo o sus estudios, sus relaciones personales y
sociales, especialmente con el sexo opuesto y en el matrimonio. Todo ello
con la finalidad de alcanzar idealmente la intimidad.
La tarea fundamentar de este periodo gira entonces
en torno a la disposición psicológica y el comportamiento de la
intimidad en pareja. Ello significa dispensarse mutua confianza y regular los
ciclos de trabajo, procreación y recreación, renunciando al hacerlo a
parte de los tesoros acumulados en las etapas anteriores.
Características de una Intimidad Sana, Completa y Feliz:
Una de las situaciones en las que la intimidad es imposible
sin auto abandono es en la unión sexual. Erikson considera que la genitalidad
debe incluir sea aspectos con el fin de lograr un significado social permanente.
· Mutualidad en el Orgasmo.
· La pareja debe ser un (a) compañero (a) amado
(a).
· Del otro sexo.
· Con esa pareja se es capaz de compartir una
confianza mutua.
· Se desea regular los ciclos de trabajo y
procreación.
· Se pretende asegurar también a la
descendencia un desarrollo satisfactorio.
En este estadio se pude intentar cubrir inconcientemente la
carencia de etapas anteriores, de manera que una joven que en el primer estadio
no desarrollo la confianza básica necesaria para superar con éxito la crisis de
ese momento, pudiese intentar resolverla en el estadio de la intimidad buscando
como pareja alguien con quien ella tenga mucha diferencia de edad que en el
fondo, pueda desempeñar el rol del progenitor faltante.
Características de una personalidad Madura y Sana:
Erikson señala que el joven adulto necesita sentirse
integrado en sí mismo y para con su entorno, para la manifestación de una
personalidad madura sana esto son:
· La conciliación del orgasmo genital y las
necesidades sexuales extragenitales.
· La conciliación del amor y la sexualidad.
· La conciliación de las pautas procreadoras
sexuales productoras de trabajo.
Un exceso del sentido de intimidad
y solidaridad podrá conducir a una tendencia mal adaptativa que
Erikson denomina promiscuidad. Culmina exitosamente este estadio
produce a alcanzar la virtud del amor, concebida como la habilidad de
alejar las diferencias o antagonismos a través de una mutualidad de
devoción.
VII-GENERATIVIDAD VERSUS PARALIZACIÓN (35-60 años)
Es la etapa de la madurez o adultez media comprendida entre
los 35 o 60 años aproximadamente, es un periodo lleno de grandes cambios en el
que la tarea fundamental es tratar de lograr un equilibrio apropiado entre lo
que Erikson llamó Generatividad y la paralización o estancamiento.
Un exceso de generatividad puede desembocar en lo que Erikson
llamo sobreextensión presente en personas que se comprometen en tantas
cosas que no les da el tiempo para hacer ninguna completamente. El otro extremo
de la balanza es el rechazo, lo que supone muy poca productividad y
bastante estancamiento. Sin embargo, atravesar esta etapa con éxito
permite desarrollar la virtud de cuidar, tan necesaria para el
resto de la vida.
VIII-LA INTEGRIDAD DEL EGO VERSUS LA DESESPERACIÓN (60 años en adelante)
De acuerdo con Erikson, en la octava etapa el individuo
afronta el dilema de la integridad versus la desesperación. La integridad se
refiere a la habilidad para aceptar los hechos vividos, aceptar el morir sin
temor. Constituye una habilidad para integrar un sentimiento de
su historia pasada con sus circunstancias actuales y visualizar el
futuro sin temor.
El octavo estadio es el momento en la vida en que damos
vuelta la mirada y nos evaluamos de manera retrospectiva: ¿vivimos? ¿Qué hicimos
con nuestra vida? En esta etapa difícil, en el contexto de la cultura
occidental, la nuestra, parecería que se espera que los de esta edad se
encuentren ya de retiro, sin otra cosa por hacer más que esperar el declive
natural de sus fuerzas y energías hasta llegar a la muerte.
Los cambios corporales relacionados con el envejecimiento
afectan a la conducta en forma evidente o sutil. La integridad del ego
llamada también yoica, significa llegar al termino de la vida y mirar atrás y
aceptar el curso de los eventos pasados, y de las decisiones tomadas.
La integridad reposa en la aceptación del ciclo de
vida colectiva e individual de la humanidad como resultado de
la resolución positiva o equilibrada de las crisis de los estadios
anteriores.
La persona que culmina exitosamente esta última etapa
afrontando la muerte sin temor, posee la virtud que Erikson
denominó sabiduría.
Jean Piaget y su teoría del desarrollo
humano.
Desde el nacimiento a los dos años de
edad
Los
niños aprenden a coordinar las experiencias sensoriales con la actividad
física, motora. Los sentidos de visión, tacto, gusto, oído y olfato ponen a los
niños en contacto con cosas de distintas propiedades. Aprenden qué tan lejos se
encuentra una pelota para alcanzarla o tocarla, a mover los ojos y cabeza para
seguir un objeto en movimiento, mover la mano, y el brazo para recoger un
objeto. El niño no sólo escucha o ve un sonajero, aprende a sostenerlo,
sacudirlo o chuparlo. La tarea es aprender a coordinar secuencias sensorio
motoras para resolver problemas simples.
Piaget
subdividió el periodo sensoriomotor:
·
0 a 1 Mes:
Ejercicio
Reflejo. Los infantes usan sus reflejos innatos y adquieren cierto control
sobre ellos. Por ejemplo, succionan cualquier cosa que esté cerca de su boca y
empuñan todo lo que toque su palma. Practican repetidamente esos y otros
reflejos y se vuelven más diestros, pero no pueden llegar a succionar o empuñar
deliveradamente el objeto.
·
1 a 4 Meses:
Reacciones
Circulares Primarias. Los infantes repitan las conductas placenteras que
ocurren por azar (como chupar el pulgar). Por azar, el pulgar del niño toca la
boca, lo que dispara el reflejo de succión, que produce una sensación
placentera y lleva a una repetición de la respuesta. Esta reacción circular se
denomina primaria porque radica en el propio cuerpo del niño.
·
4 a 8 Meses:
Reacciones
Circulares Secundarias. El niño hace accidentalmente algo interesante o
placentero, como poner en movimiento un móvil colocado sobre su cabeza. La
acción es entonces repetida deliberadamente para obtener el mismo resultado (la
acción-reacción es circular). Se le denomina secundaria porque sucede fuera del
cuerpo del niño.
·
8 a 12 Meses:
Coordinación
Propositiva de los Esquemas Secundarios. A medida que el niño coordina la
actividad motora con la información sensorial la conducta se hace más
deliberada y propositiva. De esta manera, los niños ven y toman un sonajero o
ven un juguete al otro lado del cuarto y gatea hacia él. Empiezan a anticipar
sucesos y a utilizar esquemas previos para resolver problemas en situaciones
actuales. Por ejemplo, cuando desean tomar un objeto que no está al alcance de
su brazo, se inclinan hacia ese objeto. Algunos niños de 5 meses no intentarán
alcanzar un objeto si creen que, aun inclinándose, la distancia es demasiado
grande para poder alcanzarlo.
·
12 a 18 Meses:
Reacciones
Circulares Terciarias. En esta etapa, los bebés empiezan a experimentar con
acciones nuevas para ver lo que sucede en lugar de repetir simplemente patrones
de conducta ya aprendidos. Se sirven del ensayo y error para encontrar la forma
más eficiente de alcanzar nuevas metas. La etapa se llama de las reacciones
terciarias porque su propósito es la exploración. Por ejemplo, un niño gateará
hacia una caja, se acostará en ella, luego la pondrá sobre su cabeza o
intentará meter en ella al gato.
·
18 a 24 Meses:
Soluciones
Mentales. Los niños empiezan a pensar en los problemas para encontrar soluciones
mentales, es decir, empiezan a interanalizar las acciones y sus consecuencias,
y ya no se basan exclusivamente en el ensayo y error. De esta manera empieza a
desarrollar seguridad sobre la forma de resolver problemas simples. Este
desarrollo es acompañado por una creciente habilidad para el uso de símbolos
lingüísticos al tratar con gente y situaciones.
Uno
de los logros adquiridos en la etapa sensoriomotora es el desarrollo del
concepto de permanencia del objeto, el conocimiento de que un objeto sigue existiendo
independientemente de que podamos verlo, escucharlo, tocarlo, probarlo y
olerlo.
En
un experimento realizado con 12 neonatos en la primera hora después del
nacimiento, encontró que cuando los adultos se inclinaban sobre los infantes y
extendían o fruncían los labios los neonatos movían sus labios de manera
similar, también que mostraban imitación de acciones como sacar la lengua, pero
no de expresiones faciales.
Imitar
a algo o a alguien que ya no está presente, se le llama imitación diferida. Una
niña de dos años que cambia los pañales de su muñeca en ausencia de su madre
está exhibiendo imitación diferida.
Desde
los 2 a los 7 años de edad
Los
niños adquieren el lenguaje y aprenden que pueden manipular los símbolos que
representan el ambiente. En esta etapa pueden maneja el mundo de manera
simbólica, pero todavía no son capaces de realizar las operaciones mentales
reversibles. Es por ello que Piaget (1967) denominó a este periodo la etapa
preoperacional del pensamiento.
Piaget
lo llamó así a la segunda etapa del pensamiento porque una operación mental
requiere pensamiento lógico, y en esta etapa los niños aún no tienen la
capacidad para pensar de manera lógica. En lugar de ello los niños desarrollan
la capacidad para manejar el mundo de manera simbólica o por medio de
representaciones. Es decir, desarrollan l capacidad para imanar que hacen algo
en lugar de hacerlo realmente. Por ejemplo, un niño en la etapa sensoriomotora
del desarrollo aprende cómo jalar un juguete por el piso, un niño que ha alcanzado
la etapa preoperacional desarrolla una representación mental del juguete y una
imagen mental de cómo jalarlo. Si el niño puede usar palabras para describir la
acción, la está cumpliendo mental y simbólicamente con el empleo de las
palabras. Uno de los principales logros de este periodo es el desarrollo del
lenguaje, la capacidad para pensar y comunicarse por medio de palabras que
representan objetos y acontecimientos.
·
Juego Simbólico:
Se
hace más frecuente cada año del periodo preoperacional. Un niño de 2 años puede
utilizar un objeto (como osito de felpa) para simbolizar otro (como su mamá). A
medida que los niños se hacen mayores, simulan una serie de hechos, como ir de
compras, jugar a la casita, o jugarán al doctor y harán que mamá y papá vayan
al hospital. Buena parte del juego simbólico de niños de 5 0 6años
requiere
la participación de otros niños, por ejemplo, juegan a la tienda o a policías y
ladrones.
·
Razonamiento Transductivo:
Obtener
piezas separadas de información y unirlas para formar una hipótesis o llegar a
una conclusión.
·
Sincretismo:
Consiste
en cometer errores de razonamiento al intentar vincular ideas que no están
relacionadas. Mamá tuvo un bebé la última vez que fue al hospital, de modo que
la próxima vez que vaya al hospital se esperará erróneamente que traiga a casa
otro bebé.
·
Egocentrismo:
El
egocentrismo es la incapacidad para tomar el lugar de otro para imaginar el
punto de vista de otra persona.
·
Animismo:
Consiste
en atribuir a los objetos inanimados cualidades de los seres vivos. Los niños
suelen hacerlo con objetos que representan figuras vivas, como animales
disecados o muñecos de juguete.
·
Centración:
Parte
de la razón por la cual los niños en la etapa properacional no pueden pensar de
manera lógica es que concentran la atención en un aspecto o detalle de la
situación a la vez y son incapaces de tomar en consideración otros detalles.
Esta tendencia es conocida como centración.
·
Conservación:
La
tendencia a practicar la centración se revela en las tareas de conservación.
Por ejemplo, los niños pueden llegar a la conclusión de que hay más agua en un
plato poco profundo que en un vaso porque el plato es más ancho, aunque hayan
visto que el agua era vertida del vaso al plato.
·
Clasificación
Clasificar
significa que es posible pensar en los objetos en términos de categorías o
clases. Los niños en la etapa preoperacional muestran la capacidad limitada
para clasificar los objetos en categorías.
·
Irreversibilidad
Los
niños de la etapa preoperacional también cometen errores de pensamiento por
causa de la irreversibilidad, es decir, su incapacidad para reconocer que una
operación puede realizarse en ambos sentidos. Por ejemplo, no entienden que si
se vierte agua de un recipiente alto a uno extendido, puede trasvasarse otra
vez al primer recipiente, manteniendo la misma cantidad de agua. Los niños de
la etapa properacional no pueden aceptar mentalmente que sea posible recuperar
el estado original.
Desde
los 7 a los 11 años de edad
Muestran
mayor capacidad para el razonamiento lógico, aunque limitado a las cosas que se
experimentan realmente. Los niños pueden realizar diversas operaciones
mentales: arreglar objetos en clasificaciones jerárquicas, comprender las
relaciones de inclusión de clase, de serialización (agrupar los objetos por
tamaño y orden alfabético) y los principios de simetría y reciprocidad (por
entre sí). Comprenden el principio de conservación, es decir, que es posible
pasar un líquido de un envase alto a uno aplanado sin alterar la cantidad total
del líquido.
Durante
la etapa de las operaciones concretas, los niños muestran una mayor capacidad
para el razonamiento lógico, aunque todavía a un nivel muy concreto. El
pensamiento del niño sigue vinculado a la realidad empírica. Inhelder y Piaget
(1958) escribían: “El pensamiento concreto sigue vinculado esencialmente a la
realidad empírica... por ende, alcanza no más que un concepto de lo que es
posible, que es una extensión simple y no muy grande de la situación empírica”.
Los
niños han hecho cierto progreso hacia la extensión de sus pensamientos de lo
real a lo potencial, pero el punto e partida debe ser lo que es real porque los
niños en la etapa de las operaciones concretas sólo pueden razonar acerca de
las cosas con las que han tenido experiencia personal directa. Cuando tienen
que partir de una proposición hipotética o contraria a los hechos, tienen
dificultades. Pueden distinguir entre creencia hipotética y evidencia, pero no
pueden probar las hipótesis de manera sistemática y científica.
Muss
resume cuatro operaciones que el niño en la etapa de operaciones concretas es
capaz de realizar.
·
Combinatoria:
Habilidad para combinar dos o más clases en una clase mayor.
·
Reversibilidad: La noción de que cada operación tiene
una operación opuesta que la revierte.
·
Asociatividad:
La comprensión de que las operaciones pueden alcanzar una meta de varias
maneras.
·
Identidad y Negación: La comprensión
de que una operación que se combina con su opuesto se anula, y no cambia. Un
ejemplo es que dar 3 y quitar 3 resulta en cero.
Desde
los 11 años de edad en adelante
Los
adolescentes pasan de las experiencias concretas reales a pensar en términos
lógicos más abstractos. Son capaces de utilizar la lógica propositiva para la
solución de problemas hipotéticos y para derivar conclusiones. Son capaces de
emplear el razonamiento inductivo para sistematizar sus ideas y construir
teorías sobre ellas pueden usar el razonamiento deductivo para jugar el papel
de científicos en la construcción y comprobación de teorías. Pueden usar un
lenguaje metafórico y símbolos algebraicos como símbolos de símbolos. Son
capaces de pasar de lo que es real a lo que es posible, pueden pensar en lo que
podría ser, proyectándose en el futuro y haciendo planes.
Los
adolescentes muestran tres características básicas en su conducta de solución
de problemas.
·
Planeaban sus investigaciones de manera
sistemática empezaban a probar todas las causas posibles de la variación en las
oscilaciones del péndulo varios grados de fuerza o impulso, altura mayor o
menor, peso ligero o pesado y cuerda larga o corta.
·
Registraban los resultados con
precisión y objetividad.
·
Llegaban a conclusiones lógicas.